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P. Rodríguez – Mexicali, México

Mi esposo Enrique regresó de su primera cita, en 1999, como si fuera otra persona. Estaba en una paz que no le conocía... desde entonces, vivimos con Enrique una constante luna de miel ...

Mi esposo Enrique regresó de su primera cita, en 1999, como si fuera otra persona. Estaba en una paz que no le conocía.

Le pedí que me llevara a conocer a Rubén.

Pronto se curó de su grave enfermedad mortal. Desde entonces, vivimos con Enrique una constante luna de miel y ya van cuatro años que vamos a las reuniones de los sábados. En esas reuniones no faltan las nuevas comprensiones.

P.  Rodríguez – Mexicali, México

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